es mejor quedarse callado y no decir nada.
Habla simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y preciso.
Aprende a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Con el poder mental tranquilo y en silencio,
simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
No te des mucha importancia, y sé humilde,
pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente,
más te vuelves prisionero de tu propia imagen
y vives en un mundo de tensión e ilusiones.
Sé discreto, preserva tu vida íntima,
de esta manera te liberas de la opinión de los otros
y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible.
No te comprometas de manera precipitada.
Toma un momento de silencio interno
para considerar todo lo que se presenta
y toma tu decisión después.
La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”,
porque saben que ese “sí” no es sólido y le falta valor.
Si realmente hay algo que no sabes,
o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.
El hecho de no saber es muy incómodo para el ego
porque le gusta saber todo, siempre tener razón
y siempre dar su opinión muy personal.
No compitas con los demás.
Ten confianza en ti mismo,
preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación de los otros.
Ayuda a los otros a percibir sus cualidades,
a percibir sus virtudes, a brillar.
Evita el hecho de juzgar y de criticar.
Cada vez que juzgas a alguien
lo único que haces es expresar tu opinión muy personal
y es una pérdida de energía, es puro ruido.
El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.
Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades.
Deja que cada quien resuelva sus propios problemas
y concentra tu energía en tu propia vida.
Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
Cuando tratas de defenderte
en realidad estás dándole demasiada importancia
a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión.
Si aceptas no defenderte
estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan,
que son simplemente opiniones
y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.
Tu silencio interno te vuelve impasible.
Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego
que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo.
Practica el arte de no hablar.
Toma un día a la semana para abstenerte de hablar.
O por lo menos algunas horas en el día
según lo permita tu organización personal.
Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar
y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial,
dejando aparecer la luz de tu corazón
y el poder de la sabiduría del silencio.
Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas
para realizarte y liberarte completamente.
Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya.
El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio.
Si tu ego se impone y abusa de este poder
el mismo poder se convertirá en un veneno,
y todo tu ser se envenenará rápidamente.
Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo.
No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.
Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son,
o lo que tienen la capacidad de ser.