Ligera o pasada. Como la manzanilla, así es Sanlúcar. Ligera de aire, de brisa, de la marea que viene y va por el río. Pasada de historia, de retablos, de olores hondos de las botas. Jesús de las Cuevas citaba la mejor definición que se diera de la manzanilla, que no podía deberse sino a don José María Pemán: «La manzanilla es el jerez vestido de marinerito». Sanlúcar es también un poco Sevilla vestida de marinerito, como para hacer la primera comunión con las raíces de galeón y mercader de su historia. Por eso digo que en estas noches de verano, el recuadro se pone a tomar el fresco en Triana y sueña con Sanlúcar. Siente que Sevilla tiene mar, y que esa certeza de Sevilla con mar se llama Sanlúcar.
domingo, 28 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario